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Decepciones Amorosas: Perdonar ¿Puede mi relación ser la misma?

  • Foto del escritor: Mariangela Esposito
    Mariangela Esposito
  • 26 oct 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 9 mar

Hace un tiempo me preguntaban lo siguiente:

“¿Es posible que una relación vuelva a ser la misma tras perdonar a la pareja, luego de una decepción?”

Considero que aquí hay muchos elementos sobre los que podemos hablar.

En primer lugar, si la persona hace uso de su balanza para sopesar las razones que hay detrás de una decisión de este tipo, y esta (la balanza) le da un motivo – inclinándose – a favor de todo aquello, que resulta positivo y rescatable de su relación de pareja, le llevará a tomar una elección por el camino del perdón. Lo cual no es motivo de cuestionamiento o juicio… A pesar de ser la tendencia de muchos desde afuera.

Recordemos que perdonar no es olvidar… No es “hacer borrón y cuenta nueva”.

Perdonar es saber que hubo una situación que hirió, que generó un quiebre o dejó una cicatriz y que no podemos cambiarla; dando paso a la posibilidad de reparar eso que se ha dañado (la confianza, el amor, etc.) y aprender a vivir con esa cicatriz sin necesariamente mirarla todos los días ni echarla en cara a aquel que la generó.

Requiere mucha inteligencia emocional, y también madurez (me atrevería a decir).

Volviendo al punto inicial, y como vengo de decir, perdonar implica un proceso… tanto para quien perdona como para quien es perdonado en la relación; y requiere también compromiso.

Sí, compromiso.


El valor de la enmienda es lo que más peso tiene en la elección de perdonar (para ambos); es decir, la premisa del perdón parte del hecho de la no repetición de aquello que ameritó una elección de este tipo, como parte incluso de ese proceso de reconstrucción de la confianza – que muchas veces es posible y otras veces no tanto, dependerá de los miembros de la pareja y sus características –

Es posible perdonar y avanzar en una relación de pareja, pero retomando la pregunta inicial ¿será la misma relación?

Mi respuesta es no necesariamente, todo depende.

Yo en lo particular, pienso que la relación no volverá a ser la misma… tendrá variaciones esperadas. Se inicia una nueva relación de pareja, tal vez con nuevos “términos o condiciones”, con un lenguaje distinto, con una circunstancia que le rodea y que será necesario superar y trabajar – muchas veces en la terapia, o terapia de pareja – en conjunto.

Ahora bien, no porque la relación no sea la misma necesariamente implique que sea peor… puede incluso que sea hasta mejor; como ya lo he dicho, dependerá de muchos factores: el grado de compromiso, madurez y reflexión de la pareja, el verdadero arrepentimiento, y un centenar de otras más.

Por otro lado, y si fuera el caso de una relación tóxica donde no hay clara intención de enmienda y lo que se evidencia es un círculo vicioso, patológico y nocivo para ambos, las cosas cambian: la relación claramente mantendrá la misma dinámica tóxica, y autodestructiva, llegando al extremo de ser incluso peor que al inicio de la misma.

Recuerda que este tipo de relaciones siempre van a peor y van en escalada.

Sé que no guarda relación directamente con la pregunta que nos trajo aquí el día de hoy, pero en general las parejas no son estáticas; es decir, una relación no puede ser siempre la misma: haya o no lugar al perdón por alguna decepción en la pareja.

¿A qué me refiero?

A que las parejas naturalmente transitan por ciclos, por etapas, digamos que ellas evolucionan a lo largo del tiempo.


Cualquier persona que tiene una relación de pareja, medianamente larga, podrá decir que en efecto habrá sentido como a lo largo de los años ha notado cambios en su dinámica; pues ninguno de los dos es exactamente igual a como fueron al inicio de la relación, también nosotros como seres humanos evolucionamos y cambiamos conforme a las circunstancias, la experiencia y los años.

Entonces, si los miembros de la pareja evolucionan, crecen, cambian ciertos aspectos (internos y externos): la relación lo hará también. Y el cambio, no necesariamente es malo… simplemente la efusividad del romance baja después del primer año, la intensidad con que se viven ciertas cosas variará, la idealización no es tanta como al inicio de la relación, etc.

Con esto no quiero decir, ni justificar la ausencia de algunas cosas que son siempre importantes que permanezcan en la relación, pero ya de eso hablaremos en otro artículo; esto ya es harina de otro costal y amerita una atención diferente.

En conclusión

  • Perdonar siempre es una opción y es, además, una elección muy personal: que debe ser respetada.

  • Claramente, hay relaciones de relaciones, y personalidades dependientes que se aferran a relaciones muy tóxicas; pero si este no es el caso, debemos ser muy respetuosos de las decisiones que se tomen entre la pareja, sin caer en señalamientos y/o prejuicios.

  • Que la relación cambie para bien o para mal luego de haber introducido el elemento del perdón, dependerá de ambas partes de la pareja.

  • Uno tendrá que trabajar por reparar lo que dañó, haciendo esfuerzos claros por reconstruir la confianza, y la otra parte tendrá que ser receptiva, abierta a notar los cambios/esfuerzos para que esta (la confianza) en efecto se reestablezca. Si esta disposición por parte de ambos no ocurre, el futuro para esa relación, es posible que sea corto.

Como todo en una relación: la responsabilidad es compartida y el esfuerzo se hace en conjunto. Si en efecto ambos desean salvar su relación y recuperarse de aquel quiebre, o decepción, hay mucho que se puede hacer al respecto.


Nunca descartes el valor del acompañamiento terapéutico.

La terapia de parejas no es solo para matrimonios conflictivos o en riesgo de disolverse: la terapia de parejas es para todo tipo de parejas, en cualquier tiempo o momento de su relación.

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