El espacio terapéutico es un espacio completamente libre. Libre para expresar con apertura todo aquello que se alberga en la consciencia, porque aunque no lo creas, el inconsciente hablará por si solo.

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Es un espacio tan libre, que está libre de juicios, etiquetas, culpas, cuestionamientos, señalamientos, entre otras situaciones que generalmente encontramos afuera, en los otros con los que tenemos interacción.

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Seguramente alguna vez te has preguntado por qué la gente cuenta sus intimidades y sus problemas a un perfecto desconocido... y es que justamente, ese desconocido será la persona que le escuchará con la intención de ayudarlo, pero sobre todo sin juzgarlo.

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Se trata de un proceso diferente, allí buscamos hacer consciente lo inconsciente. Allí en la elaboración de esos conflictos o "puntos ciegos" - como me gusta llamarlos - es que encontramos esas respuestas y el cambio que desesperadamente se busca al inicio.

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Pero se debe ser paciente, en todo el sentido de la palabra.

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Los efectos no los vemos de inmediato, para ello, se requiere tiempo... y un tiempo que variará y dependerá de cada persona.

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En un espacio de acompañamiento psicológico, es posible trabajar en situaciones de todo tipo, pero las más comunes pueden ser:

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• Depresión

• Ansiedad

• Dificultad en las relaciones

• Crisis vitales (evolutivas) y transitorias

• Autoestima

• Estrés post-traumático

• Manejo del estrés

• Abuso Sexual

• Duelos

• Asesoría familiar

• Problemas familiares

• Rasgos del carácter o de personalidad

• Dificultades laborales

• Dependencia y consumo de sustancias

• Separaciones, rupturas, divorcios

• Psicopatologías

• Crianza positiva y respetuosa

• Infancia y adolescencia

• Acoso escolar/Bullying

• Ideación suicida

• Evaluación psicológica

• sexualidad y vida en pareja

• Otros

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